domingo, 21 de octubre de 2012

EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS. Joseph Conrad, 1902.

El próximo miércoles, 24 de octubre, dará comienzo la cuarta etapa del Club de Lectura del IES El Alquián. Nos sentimos orgullosos de que este proyecto siga adelante con la misma ilusión del primer día después de cuatro años consecutivos de existencia. Bienvenidos a todos los participantes, a los veteranos y a los que se incorporan por primera vez durante este curso 2012-2013.
En esta ocasión realizaremos la lectura comentada de El corazón de las tinieblas, del escritor Joseph Conrad.
Joseph Conrad (1857-1924), en origen Józef Teodor Konrad Korzeniowski, es considerado uno de los grandes escritores modernos en lengua inglesa. Escritor británico de origen polaco, nació en Berdichev, Polonia (actualmente Ucrania). A muy temprana edad quedó huérfano, y a los 16 años, en plena ocupación rusa de Polonia, abandonó su país y se trasladó a Marsella, donde se embarcó en varios mercantes de bandera francesa durante cuatro años. Posteriormente y tras un breve paso por España, donde vendió armas a las tropas carlistas, se puso al servicio de la Marina mercante inglesa.
Tras haber obtenido en 1886 la nacionalidad británica, cambió su nombre para que sonara más inglés, aunque mantuvo durante toda su vida un fuerte acento. Durante la década siguiente navegó mucho, sobre todo por Oriente. Sus experiencias personales, especialmente en el archipiélago malayo y en el río Congo durante 1890, se reflejan en sus relatos, escritos en inglés, su cuarta lengua tras el polaco, el ruso y el francés. Publicó su primera novela y se casó con Jessie George en 1895. Su vida literaria abarca treinta años, entre 1895 y 1924, y ya en la primera década de ese periodo consiguió todo en el campo literario que se había propuesto cultivar. "Un estilo de enorme poder, una altura de dicción y de pensamiento frente a la que, en el panorama de la novela inglesa de su tiempo, sólo la de Henry James resistiría la comparación, y una capacidad de creación que le permitiría llevar su arte allí donde él se lo propusiera" según palabras de nuestro escritor Juan Benet. Conrad escribió 13 novelas, dos libros de memorias y 28 relatos cortos, pese a que escribir le resultaba difícil y doloroso. Además del esfuerzo de escribir, sobrellevó el sufrimiento que le producía la gota, así como la parálisis de su mujer y los exiguos ingresos que obtenía de su trabajo. Quizás a estas circunstancias se debiera su carácter irritable.
El escenario de casi todos sus relatos lo constituyen la vida en el mar y en puertos extranjeros, pero la verdadera razón de su escritura fue la condición humana y la lucha del individuo entre el bien y el mal. Su obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano. Con frecuencia el narrador es un marino retirado -posiblemente el alter ego de Conrad, puesto que algunas de sus novelas se consideran autobiográficas-; ejemplo de ello es su primera obra publicada, La locura de Almayer (1895). Una de las novelas más conocidas de Conrad es Lord Jim (1900), en la que explora el concepto del honor a través de las acciones y sentimientos de un hombre que se pasa la vida intentando expiar su cobardía durante un naufragio ocurrido en su juventud. Otras obras suyas son: El negro del Narcisus (1897), centrada en un marinero negro; Nostromo (1904), considerada por muchos críticos como su obra maestra; El agente secreto (1907), sobre los anarquistas londinenses; Bajo la mirada de Occidente (1911), ambientada en la Rusia represiva del siglo XIX; Victoria (1915), ambientada en los mares del sur; y el relato El corazón de las tinieblas (1902) que revela las aterradoras profundidades de la corruptibilidad humana y una de sus historias más conocidas. Conrad murió en Bishopsbourne, cerca de Canterbury, en 1924. Su obra constituye un influjo fundamental en la novela moderna; con ella logró algo tan difícil como el reconocimiento de sus más destacados contemporáneos.

3 comentarios:

  1. Aunque aparentemente es un relato sencillo (un viaje remontando un río africano en busca de un personaje cada vez más mitificado, Kurtz), esta novela corta de Conrad tiene una gran complejidad pues, en su mayor parte, es un monólogo interior del protagonita (Marlow). Es como un viaje de ida y vuelta al infierno, a las tinieblas, en el que Marlow se deja seducir por lo salvaje y por Kurtz, pero no sucumbe ante ello. En toda la historia, que Marlow narra en primera persona, se presenta el lado más oscuro del colonialismo (envidia, avaricia, estupidez...) y la falta de comprensión que existe entre dos mundos que chocan, el "civilizado" y el "salvaje". Genial.

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  2. He encontrado un enlace interesante: http://laliteraliteraria.wordpress.com/2010/11/13/analisis-de-la-naturaleza-en-el-corazon-de-las-tinieblas-de-joseph-conrad/

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  3. Joseph Conrad vierte en El corazón de las tinieblas una reflexión sobre la atracción del hombre hacia el mal. El relato de un viaje en río para rescatar a un traficante de marfil es la metáfora para adentrarnos en un viaje a lo más profundo del alma humana y su capacidad de corrupción. Decía Conrad que antes de viajar al Congo él no era más que un animal: un animal incapaz de percibir las barbaridades que se cometieron en el centro de África en nombre de la civilización y el progreso. Nuestro escritor es testigo de excepción de la explotación vergonzante de un país a costa de todo y de las atrocidades cometidas por los colonos hacia los nativos. Conrad viaja al Congo con una idea romántica y se da de bruces con una realidad brutal. Y nos regala todo ello en un relato corto, magnético, con una prosa insuperable que posee la capacidad de producirnos una creciente inquietud según nos vamos acercando al corazón de la selva, el lugar donde vive la persona que Marlow ha ido a rescatar, el pervertido Kurtz, que se encuentra gravemente enfermo. Pero no nos engañemos: Kurtz es la excusa y el ejemplo de que se vale Conrad para hurgar en nuestro interior y hacernos ver que lejos de la civilización, de las normas, el hombre se convierte en un ser demoníaco que arrastrado por su lado más oscuro es incapaz de mantener una disciplina moral que lo salve de su propia perversión.

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