El próximo 13
de noviembre a las 17.30 comentaremos la obra El callejón de los milagros
(1947), del escritor Naguib Mahfuz (1911-2006). Nacido en El Cairo en el seno
de una familia acomodada y numerosa, se aficionó a la escritura desde muy
joven. Autor muy prolífico, con veinte años había publicado ya más de ochenta
relatos de ficción. Una segunda etapa lo llevó a especializarse en relatos de
tipo social, obras con las que tuvo un gran éxito, pero su consagración como
escritor le llegó con la concesión del Premio Nobel de Literatura en 1988,
siendo el primer escritor en lengua árabe en recibir este galardón.
Publicó en más
de medio siglo cincuenta novelas, entre las que destacan Trilogía del Cairo: Entre dos
palacios, Palacio del deseo y La azucarera (1956-1957), Hijos de nuestro barrio (1959),
El
ladrón y los perros (1961), La ausencia (1964) o El
mendigo (1965).
Tras sufrir un
ataque a mano de extremistas islámicos en 1994 (que fueron finamente detenidos
y ahorcados en El Cairo) ya no volvió a ser el mismo, pues debido a las
secuelas del grave apuñalamiento sufrido en el cuello su capacidad física quedó
muy limitada. En 1996 fue sentenciado a muerte por grupos radicales islámicos,
hecho que lo mantuvo a partir de entonces prácticamente recluido en su casa bajo
protección policial, aunque mantuvo en la medida de lo posible cierta actividad
literaria. Incluso publicó en un
semanario cairota una columna donde
abordaba temas de actualidad política y social.
La
obra que vamos a leer narra la historia de los personajes que habitan en un
pequeño callejón de El Cairo, el callejón de Midaq, durante la segunda guerra
mundial, y cómo sus vidas se entrelazan.
Una segunda lectura de una novela siempre te da un poco más, un poco más en las sensaciones que te deja la lectura, en las que te dejan los personajes y lugares que relata el autor, y en este caso me ha impresionado al terminar la novela la sensación apacible, e incluso entrañable, transmitida por esos personajes, a pesar de lo mediocres que resultan sus vidas y de la sordidez y miseria del lugar donde viven, a pesar de la falta de expectativas.
ResponderEliminarTambién es interesante la forma de relatar, estructurando la obra en capítulos cortos, que presentan la vida de cada personaje de manera independiente, pero que a la vez los interrelaciona para mostrar un retrato social del lugar y la época; y todo esto sin juzgar en ningún momento a nadie. Como trasfondo siempre aparece la condición humana: lo bueno junto a lo malo.