martes, 23 de diciembre de 2014

LUZ DE AGOSTO, William Faulkner, 1932



El próximo día 29 de enero  asistiremos a la lectura comentada de Luz de agosto, una de las obras más importantes del escritor estadounidense William Faulkner (1897-1962). Nacido en el sur, puede considerarse el padre de muchos de los grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX. Sus obras, pobladas de gran intensidad dramática y fuerza emocional, destacan por una personalísima forma de escribir y una meticulosa selección del léxico, características que  le sirvieron para ganar el premio nobel de Literatura en el año 1949. Amado y odiado por igual entre sus contemporáneos, se puede considerar el único escritor modernista estadounidense de los años 30, en la misma línea experimentalista de autores europeos como Proust o Joyce. Podemos decir sin temor a equivocarnos que Faulkner es uno de los grandes escritores del siglo XX.
Hizo uso de técnicas literarias innovadoras como el monólogo interior, la inclusión de múltiples narradores o puntos de vista y los saltos en el tiempo dentro de la narración. Estas características junto con la temática de sus obras, hacen de él un modelo para muchos autores que han confesado su débito hacia este gran escritor,  rival perpetuo de Heminway. Además de Luz de agosto (1932) se consideran obras fundamentales  El ruido y la furia, Mientras agonizo (1930) ¡Absalón, Absalón! (1936) y El villorrio (1940).
Muchas de sus novelas se encuentran ambientadas en Yoknapanawpha, escenario ficticio inspirado en un condado de Misisipi, su lugar de nacimiento), lugar donde transcurren gran parte de sus escritos, y del cual hace una descripción geográfica y traza un mapa en ¡Absalón, Absalón! (1936). Es en este lugar donde transcurre Luz de agosto, obra que goza de la intensidad de sus mejores creaciones y que satisfará a todos.


 

lunes, 15 de diciembre de 2014

LA LLAVE, Junichiro Tanizaki, 1956



El pasado 11 de diciembre nos reunimos para comentar La llave, pequeña novela -apenas 150 páginas- del escritor japonés Junichiro Tanizaki (1886-1965). Este autor nacido en Tokio a fines del siglo XIX es considerado un pilar fundamental dentro de la construcción de la literatura moderna japonesa. Gozó de grandísima fama en su país, y algunas de sus obras, como es el caso de la que hemos leído, se adentran en el secreto mundo de la sexualidad, donde gusta de mostrarnos personajes cuyas obsesiones eróticas pueden llegar a ser destructivas. En otras ocasiones, se convierte en mero portador de imágenes de la vida cotidiana en el contexto de los cambios producidos dentro de la sociedad japonesa durante el siglo XX. En cualquier caso son narraciones en busca de  una identidad cultural en la que se yuxtaponen elementos de occidente con elementos del Japón más tradicional.
La llave (1956), novela narrada siguiendo las pautas del llamado género epistolar, tiene como protagonista a un profesor de cincuenta y seis años y su esposa Ikuko, varios años más joven que él, quienes después de muchos años de matrimonio se encuentran instalados en una crisis matrimonial. Esta situación da un vuelco inesperado cuando establecen un peligroso juego a través de sus respectivos diarios. Esta grandísima obra fue escrita durante la última etapa literaria del escritor, cuando ya no gozaba de buena salud, y en ella aparecen plasmadas algunas de sus obsesiones vitales. Son algunas de sus obras Tatuaje (1910), Naomi (1924), Arenas movedizas (1927) o Cuentos crueles (1933). De este mismo año es su ensayo El elogio de la sombra.