jueves, 6 de mayo de 2010

LA MUJER JUSTA. Sandor Màrai.

El pasado día 28 de abril se comentó la obra "La mujer justa" del escritor húngaro Sándor Márai, una obra estructurada en 3 partes; cada una representa un punto de vista diferente (el de la mujer, el del marido y el de la amante) sobre las mismas circunstancias. Es un libro reflexivo en el que los personajes, en tres largos monólogos, reflexionan sobre sus sentimientos, sobre la sociedad de la época...desde diferentes perspectivas: la de una pequeñoburguesa, la de un miembro de la alta burguesía y la de una criada...

3 comentarios:

  1. Sándor Márai (Kassa,1900 –San Diego,1989), es un escritor húngaro redescubierto en la Europa occidental muy recientemente. Aunque cultivador de diversos géneros literarios, poesía, teatro, ensayo y artículos literarios, debe su fama a su obra narrativa. Sus novelas, de estilo pausado y elegante en la línea de otros contemporáneos centroeuropeos como Mann o Zweig, se centran en personajes que reflexionan sobre sí mismos o sobre su pasado. En su obra, caracterizada por la escasez de acción, Márai logra crear un irresistible mundo propio de personalísimas características.
    Perteneciente a una acomodada familia de origen sajón afincada desde hacía siglos en Hungría, vive una infancia aparentemente fácil, aunque algo atormentada y taciturna. Tras escaparse de casa en un ataque de pánico es internado en un colegio de Budapest, donde realiza estudios secundarios en medio de una profunda soledad e incomprensión. Tal como relata en su primer libro de memorias Confesiones de un burgués, su existencia quedará marcada durante el verano de 1914, en Sarajevo, con el asesinato del heredero al trono de los Habsburgo.
    Márai es llamado a filas con diecisiete años y, al finalizar la guerra, su familia lo envía a Alemania a estudiar periodismo. Se dedica a viajar por Europa y tras su primer viaje a París entabla contacto con la intelectualidad de la época llevando una vida bohemia y disipada. En estos años adquiere reputación como periodista gracias a las crónicas enviadas a Budapest desde las distintas ciudades europeas que visita. En Berlín recibe la visita de Lola, amiga de la infancia, con quien contrae matrimonio a muy temprana edad y que resultará ser su compañera durante sesenta años. Regresa a Budapest a fines de los años 20 coincidiendo con la muerte de su padre, la desaparición de su clase social y el desmembramiento de su país, y opta por recluirse en la única patria posible para un escritor, «la patria verdadera, que quizá sea la lengua o quizá la infancia». Comienza por tanto a escribir, sin abandonar sus colaboraciones habituales con distintos periódicos.

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  2. La segunda parte de sus memorias, ¡Tierra tierra!, es una declaración de principios del Màrai escritor, así como una descarnada crítica al régimen totalitario implantado en su país. Pero sobre todo, un testimonio impagable del mundo que le rodea, de la época que le toca vivir -y sufrir- y de las razones por las que el escritor se ve en la necesidad de exiliarse ante la situación opresiva creada por la ocupación soviética.
    A la invasión nazi de Budapest en marzo de 1944, que Màrai soporta encerrado entre las cuatro paredes de su casa, sigue la ocupación -en septiembre del mismo año- del Ejército Rojo, por lo que Màrai huye de la capital para poder sobrevivir. De vuelta a Budapest en 1945 se enfrenta al destrozo de todas sus pertenencias y al proceso de sovietización y nacionalización que vive su país. Tras una breve estancia en 1946 en París, Italia y Suiza debido un congreso literario, constata con gran desencanto los cambios acaecidos durante el periodo de entreguerras en la Europa occidental: “En este siglo Occidente se ha mentido a sí mismo y al mundo. (…)Ha mentido al hablar de derechos humanos y tolerar a la vez que conquistaran el poder absoluto unos regímenes que humillaban y ofendían a todo lo humano. Ha mentido con la palabra escrita y con la palabra hablada”. De regreso a Budapest, empieza a fraguar en su interior la idea de que no puede seguir viviendo en una Hungría en la que incluso su silencio es una colaboración con un régimen que no desea, planteándose la idea del exilio definitivo, decisión difícil y dolorosa, que supondrá el enfrentamiento con uno de los temas centrales de su obra: la soledad, así como la lejanía y la ausencia un elemento de vital importancia para el escritor: su lengua. Tachado por el régimen soviético de escritor decadente y burgués, en 1948 abandona definitivamente su país.
    OBRA
    Sus novelas El último encuentro, La herencia de Eszter, Divorcio en Buda, El amante de Bolzano y La mujer justa, así como sus memorias Confesiones de un burgués y ¡Tierra, tierra!, cautivan gracias la magia que sólo posee la auténtica literatura. De características similares -extensas conversaciones y largos monólogos-, densas y cuajadas de pensamientos brillantes; teatrales, "psicológicas", escasa acción y cierto tono melodramático y sentimental, las novelas de Márai son absorbentes y logran atrapar en una primera lectura. Las palabras de sus personajes seducen tal como seducían las de su creador a decir de quienes lo conocieron. A pesar de cierta crítica que las tacha de fuego de artificio, no dejan de ser un placer estético y, en cualquier caso, el testimonio ineludible del mundo europeo de los años de entreguerras, mezcla de cosmopolitismo y grandiosa decadencia burguesa, esa próspera y confiada burguesía a la que perteneció, que constituye otro de los temas centrales de su obra. Burguesía perteneciente a un mundo ideal en el que reinan la cultura y la tolerancia, en una época que destila un aroma elegante pero mortalmente decadente.

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  3. He encontrado un blog dedicado exclusivamente a este escritor, así que dejo aquí su dirección:

    http://maraisandor.blogspot.com/

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